DÍA DE LA MADRE | HASTA -50%

 

Nos enseñan a ser fuertes, estoicos, imperturbables. Si eres un corredor digno de ser considerado como tal, tienes que ser un soldado dispuesto a pasar por un infierno para al final alcanzar la gloria y brindar con los Dioses en el Valhalla. Es parte del atractivo y de la mentira, no solo del mundo de la carrera a pie, sino del deporte en general, incluso de la vida.

Lo que realmente deberían de enseñarnos es que debemos de tener un propósito, eso sí, que dependa en gran medida de nosotros. Que deberíamos saber comprometernos con él, pero no ahogarnos con él. Y por extensión disfrutar de ese compromiso, del viaje y del proceso.

A estas alturas ya habrás notado que esto es más un artículo de autoayuda que uno de running. Si no necesitas autoayuda déjalo aquí ya. Pero seguro que a ti te ha pasado lo mismo, y es que cuando oigo hablar a la mayoría de los corredores o deportistas recreacionales sus motivaciones para hacer deporte, la mayoría tendrían más cabida en un libro de autoayuda que en un manual de entrenamiento. Entonces, ¿por qué hacemos que llegue a ser dañino?

No sabemos parar. Descansar. Renunciar. "Una retirada a tiempo es una victoria", la frase más repetida y menos aplicada de la historia. Pues os diré una cosa. Es la más verdadera de todas las grandes frases. Reconocer que ya no llegas, que necesitas descansar, que descansar es parte del proceso y que te va a hacer mejor. Quizás ese es el problema.

Nos han bombardeado con mensajes, inculcándonos que haciendo más llegaremos, y aunque ya hemos tenido ejemplos en nuestra vida suficientes como para saber que no siempre es así, no terminamos por ver que dejar de hacer puede ayudar también en momentos de atasco, es más, no solo puede ayudar, es la única vía para desatascar.

Descansar es parte fundamental de cualquier proceso humano y, por supuesto, del entrenamiento. Quizás la más fundamental de todas. De modo que no temas hacerlo. Perderás un poco la forma, sí; ganarás algo de peso, también; no podrás estar a tu nivel durante un tiempo, seguro; pero el salto que llegará después dejará en nada lo que has supuestamente "sacrificado" con ese parón.

Sé que muchos de los que me estáis leyendo no habéis sabido parar este verano o tras la última competición importante que hayáis tenido. Sé que muchos ahora estaréis cerca de vuestro próximo objetivo y ese bucle infinito de trabajo os está haciendo meya. No sentís frescura ahora que llega el momento importante de la preparación. No insistáis, eso no va a salir bien. Llevo casi 30 años viendo la misma película y siempre acaba igual. Incluso alguna vez (más de las que debería) fui el protagonista; y no, yo tampoco fui un superhombre y obtuve un resultado distinto.

Así que sé valiente (curiosa manera de demostrar valor, ¿verdad?) y atrévete a parar, tomar distancia, desconectar y cuando estés listo, pero listo de verdad, volver. En cualquier caso parar no sería un problema nunca, si después supiéramos empezar. Pero eso será en la siguiente edición.

Marcos Peón – entrenador de running y ASICS Front Runner

 
Producto añadido a favoritos