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"UNA ZAPATILLA PARA CADA OCASIÓN Y UNA OCASIÓN PARA CADA ZAPATILLA"

Lejos quedan ya los años en que teníamos un solo modelo de zapatillas para todo. Daba igual que fuera día de tirada larga que de competición. No había más alternativas, ni tampoco sentías/sabías que las necesitaras.

Poco a poco se fueron polarizando las posibilidades. Por un lado aparecieron las zapatillas rodadoras, toscas, pesadas e indestructibles; mientras que por el extremo contrario estaban las livianas, naturales y sumamente atractivas zapatillas de competición. Hoy en día las miras a ambas y te preguntas ¿Cómo podías entrenar o competir con aquello?

Hoy en día podríamos tener un modelo de zapatilla diferente para cada tipo de sesión, terreno, nivel de fatiga, circunstancia meteorológica o estado de ánimo. La ingente labor investigadora de las marcas ha creado un infinito abanico de posibilidades. Y de la solución de ese problema que no sabíamos que teníamos ha surgido otro. Saber qué zapatilla es la que mejor me encaja para mis realidad y circunstancias. Tratemos de simplificarlo y arrojar un poco de luz sobre el asunto.

Empecemos por zapatillas para devorar kilómetros. Es crucial acertar en este apartado, pues la base de nuestro entrenamiento se hará sobre estas monturas. Mi abuela decía "quien acierta en casar no lo queda en que acertar"; si mi abuela hubiera sabido algo de running seguro que habría cambiado el refrán por "quien acierta con la zapa de rodar no le queda en lo que acertar".

Hoy en día podemos distinguir dos vertientes de rodadoras o zapatillas para acumular kilómetros.

Por un lado estaría el concepto tradicional de zapatilla de rodaje, en este grupo podríamos destacar modelos como las GEL-NimbusGEL-Cumulus si eres un corredor neutro; o las GEL-Kayano y las GT-2000 si eres pronador o buscas un extra de estabilidad. En cualquiera de estos casos hablamos de evoluciones de aquellas zapas rodadoras de las que hablábamos al principio. Que a través de la mejora de los compuestos de la suela y el aligeramiento de los materiales del upper se han convertido en zapatillas sumamente duraderas, cómodas e increíblemente ligeras. Esto nos ha llevado a que en muchos casos recomendaría encarecidamente a perfiles de corredores noveles, no especialmente rápidos y con necesidades altas de confort y amortiguación que usasen estas zapatillas para todo, incluida la competición. En este nuevo universo de las zapatillas rodadoras ha surgido una escisión que trata de cubrir el espacio existen entre las zapatillas de acumular kilómetros y las de entrenamiento de intensidad.

En este segundo grupo encontramos una serie de modelos que busca el confort, la amortiguación y pero también una mayor reactividad. La sensación al ponerlas en los pies es como de haberte calzado un cojín suave y esponjoso, que cuando echas a correr te lleva a dar un paseo por las nubes. El contra de este tipo de zapatillas sería la menor estabilidad frente a sus parientes para largas distancias. No obstante, la mayoría de los modelos de segunda generación de este perfil de zapatillas han ido solucionando en gran medida este inconveniente. De entre todas ellas yo destacaría, sin dudarlo, a las NovaBlast. Es mi debilidad personal por varios motivos. El primero es su confort y durabilidad. No obstante, lo que más destacaría de ella es que, por su ligereza y reactividad. Es ejemplo también de esta categoría la versión moderna de una de las zapatillas más icónicas de la historia: la NoosaTri, rediseñada para aportar mayor confort sin descuidar la ligereza y respuesta.

Podríamos concluir que tanto si quieres unas zapatillas para acumular km, hacer entrenamientos intensos o competir, lo primero que debes tener en cuenta son tus objetivos y uso que le darás al calzado, además de los ritmos e intensidad de tus entrenamientos

 
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